jueves, 2 de febrero de 2017

Historias del tren (1)



Los años del tren Vasco Navarro, nos han dejado multitud de historias y hoy vamos a dedicarle una líneas a un motorista (maquinista), a Lorenzo San Vicente.

San Vicente, nació en Gasteiz, en el barrio de Santo Domingo y el tren le acabó llevando a Bergara. Empezó a trabajar en el Vasco Navarro en el año 1928. Primero 10 años en los talleres en Gasteiz, pero luego cuando consiguió acceder al puesto de motorista, fue a vivir con su familia a Bergara y se encargó siempre de la línea Malzaga-Gasteiz. Dos viajes de ida y dos de vuelta diarios, en un trayecto que conocía cómo la palma de su mano, consiguieron que  a lo largo de su vida laboral  superara con creces el millón de kilómetros recorridos.

A Lorenzo, sus compañeros le llamaban “caracol” porque tenía fama de lento, pero seguramente era el más prudente de todos los motoristas. Había gente que iba a su casa a preguntar si Lorenzo llevaba ese día el tren, para subir o no subir a Gasteiz.
Nunca tuvo un accidente serio, aunque cómo es natural algún incidente que otro después de tantos kilómetros y kilómetros recorridos, ya hubo.
Recuerda que una vez casi le viene encima un camión cargado de chatarra que salía de Altos Hornos de Bergara y cuenta que a lo largo de sus viajes, también tuvo algún susto con personas o animales grandes que se distraían por la vía. En cuanto a animales pequeños, era incapaz de saber la cantidad de gallinas, gatos y otros animales domésticos que pudo haber atropellado con su tren.
Una vez, tuvo que detener el tren subiendo Salinas a la altura de Marín para no atropellar a un rebaño de ovejas. Desde ese día, el casero de Marín le regalaba en señal de agradecimiento, un cordero por Navidades.

El tren fue su vida y la de su familia. Su mujer y sus nueve hijos siempre fueron lo más importante para Lorenzo quien hablaba con verdadera devoción de todos ellos. En 1937, sufrió unos de los golpes más duros que puede padecer un padre. En Gasteiz, una moto militar alemana atropelló y mató a su hija María Luisa Teresa, cuando la niña solo tenía 7 años.

 Pero después de su familia: el tren, siempre el tren. La línea Malzaga-Gasteiz era la que más le gustaba, pero también cómo él decía, era la más peligrosa. La culpa de todo eso la tenían las curvas y los 19 Km de la cuesta de Salinas de Leniz. El contaba que la cuesta de Salinas, tanto para subir cómo para bajar, la tenían que hacer obligatoriamente a un máximo de 45 Km/h. De Gasteiz a Salinas la velocidad era de 60 Km/h y de Escoriaza a Malzaga sin pasar de 55. 

Lorenzo, tenía 20 días de vacaciones al año y libraba un día por semana y “alguna que otra fiestecilla”. Sus aficiones eran la caza y el cine y aunque cómo él decía, “con la caza busco más la distracción que las presas”.
Una enfermedad, le obligo a jubilarse antes de tiempo cuando solo tenía 60 años. Un accidente cerebro-vascular que le paralizó medio cuerpo, le retiró para siempre del tren. Falleció en Bergara  en el año 1988,  a la edad de 83 años.


Información  para la confección del artículo:
 Datos aportados por la familia San Vicente.
Revista Celedón (año 1952).
(Foto cedida por la familia San Vicente. Lorenzo a la derecha de la foto)