El pasado día 17 de Febrero, se cumplieron 662 años de la agregación a Mondragón de la “aldea de Garagarza e aldea de Udala e Erenusqueta e Isasigaña, caseríos de Garagarza e Guesalíbar Uribarri e Oleaga”.
Según un interesante documento que se conserva por partida doble, en el Archivo Parroquial y Municipal de Mondragón. En tal día se reunieron en la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Mondragón los representantes de ésta villa y los de los barrios y núcleos menores arriba mencionados (que hasta entonces se mantenían independientes) para acordar su anexión.
¿Causas de éste cambio de estado en el régimen civil (en los asuntos eclesiásticos continuaron independientes) de los cuatro barrios que conformaban el valle llamado de Ugarán?
Nos lo señala el documento que comentamos: La indefensión en que se encontraban frente a los “ricos homes e cavalleros e escuderos poderosos que biben e entran en dicha tierra e en la comarca”, cometiendo toda clase de atropellos: “robos e males e dannos e desaguisados” por lo que los pobres aldeanos vivían “en servidumbre escura e muy desaguisada”.
No olvidemos que por esa época precisamente iba a hacerse tristemente célebre el Señor de la Torre de la vecina aldea de Barajuen (Aramayona) terror de la comarca, quien no vacilaba en colgar de las almenas de su castillo-palacio a aquellos valientes que tenían el coraje de oponerse a sus designios.
Resultaba natural que los “jauntxos” de aquel tiempo con la fuerza que les proporcionaban sus mesnadas de aventureros a sueldo, hicieran víctimas de sus tropelías a los núcleos de población más débiles.
Al avecindarse con Mondragón, los habitantes del valle de Ugarán pretendían -y sin duda lo consiguieron- que ésta villa, entonces poderosa y con muchos privilegios reales, los defendiera y pusiera coto a las devastadoras incursiones de los banderizos.
Curiosamente pocos años más tarde esta anexión estuvo a punto de deshacerse, según se deduce de un documento existente en el Archivo Municipal (1).
D.Beltrán de Guevara Señor de Oñate, a quien el año 1374 el rey Enrique II, concedió el señorío del Valle de Léniz, decidió emplear toda su influencia en separar de Mondragón a las cuatro anteiglesias, seguramente para ampliar a ellas su señorío. La Villa de Mondragón, recurrió ante el rey haciéndole presente que “recibirían en ello gran daño e que se despoblaría la dicha villa”. Enrique II accedió a lo solicitado por el Concejo mondragonés, ordenando que “non consintades al dicho D. Beltrán nin a otro alguno que les ponga embargo alguno en ello” (es decir, continuar siendo mondragoneses). Éste documento está fechado en Burgos a 24 de Febrero de 1367.
Esta determinación real fue confirmada por el mismo monarca en 1371 y por Juan I en 1379.
Acatando las citadas órdenes, las propias anteiglesias otorgaron escritura de sumisión el 30 de Diciembre de 1406, cuyo ordenamiento se ha observado inalterable hasta nuestros días.
(1) Carpeta de pergaminos.
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