Los
años del tren Vasco Navarro, nos han dejado multitud de historias y hoy vamos a
dedicarle una líneas a un motorista (maquinista), a Lorenzo San Vicente.
San
Vicente, nació en Gasteiz, en el barrio de Santo Domingo y el tren le acabó
llevando a Bergara. Empezó a trabajar en el Vasco Navarro en el año 1928.
Primero 10 años en los talleres en Gasteiz, pero luego cuando consiguió acceder
al puesto de motorista, fue a vivir con su familia a Bergara y se encargó
siempre de la línea Malzaga-Gasteiz. Dos viajes de ida y dos de vuelta diarios,
en un trayecto que conocía cómo la palma de su mano, consiguieron que a lo largo de su vida laboral superara con creces el millón de kilómetros
recorridos.
A
Lorenzo, sus compañeros le llamaban “caracol” porque tenía fama de lento, pero
seguramente era el más prudente de todos los motoristas. Había gente que iba a
su casa a preguntar si Lorenzo llevaba ese día el tren, para subir o no subir a
Gasteiz.
Nunca
tuvo un accidente serio, aunque cómo es natural algún incidente que otro
después de tantos kilómetros y kilómetros recorridos, ya hubo.
Recuerda
que una vez casi le viene encima un camión cargado de chatarra que salía de
Altos Hornos de Bergara y cuenta que a lo largo de sus viajes, también tuvo
algún susto con personas o animales grandes que se distraían por la vía. En
cuanto a animales pequeños, era incapaz de saber la cantidad de gallinas, gatos
y otros animales domésticos que pudo haber atropellado con su tren.
Una
vez, tuvo que detener el tren subiendo Salinas a la altura de Marín para no
atropellar a un rebaño de ovejas. Desde ese día, el casero de Marín le regalaba
en señal de agradecimiento, un cordero por Navidades.
El
tren fue su vida y la de su familia. Su mujer y sus nueve hijos siempre fueron
lo más importante para Lorenzo quien hablaba con verdadera devoción de todos
ellos. En 1937, sufrió unos de los golpes más duros que puede padecer un padre.
En Gasteiz, una moto militar alemana atropelló y mató a su hija María Luisa
Teresa, cuando la niña solo tenía 7 años.
Pero después de su familia: el tren, siempre
el tren. La línea Malzaga-Gasteiz era la que más le gustaba, pero también cómo
él decía, era la más peligrosa. La culpa de todo eso la tenían las curvas y los
19 Km de
la cuesta de Salinas de Leniz. El contaba que la cuesta de Salinas, tanto para
subir cómo para bajar, la tenían que hacer obligatoriamente a un máximo de 45 Km/h . De Gasteiz a
Salinas la velocidad era de 60
Km/h y de Escoriaza a Malzaga sin pasar de 55.
Lorenzo,
tenía 20 días de vacaciones al año y libraba un día por semana y “alguna que
otra fiestecilla”. Sus aficiones eran la caza y el cine y aunque cómo él decía,
“con la caza busco más la distracción que las presas”.
Una
enfermedad, le obligo a jubilarse antes de tiempo cuando solo tenía 60 años. Un
accidente cerebro-vascular que le paralizó medio cuerpo, le retiró para siempre
del tren. Falleció en Bergara en el año 1988,
a la edad de 83 años.
Información para la confección del artículo:
Revista Celedón (año 1952).
(Foto cedida por la familia San Vicente. Lorenzo a la
derecha de la foto)
Muchas gracias a todos.
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