¡Pues
parece ser que no! Existe documentación que nos dice que las aspiraciones de
unir el Cantábrico y el Mediterráneo vienen de bastante lejos. La idea de hacer
una canal navegable que uniera estos dos mares para así tener que evitar que
los barcos dieran toda vuelta a la
península, ya rondaba por las cabezas de nuestros antepasados y las primeras
noticias datan del año 1535. A lo largo
de los años se analizaron diferentes alternativas y todas ellas aprovechaban,
como es de suponer la mayor parte del cauce del río Ebro. Sabemos que se
hicieron varios viajes para analizar el terreno. El canal se haría a base de
exclusas y había que estudiar las posibilidades que ofrecía el terreno de
recoger y embalsar agua, para que la navegación fuese posible en todas las
estaciones del año.
Por
lo menos se barajaron tres alternativas para la construcción del canal. La que
primero se deshecho, fue la que llegaba hasta la costa de Cantabria. Era la más
larga, la que mayores dificultades orográficas presentaba y por tanto, la más
cara.
La
opción preferida por los técnicos de la época, se propuso por tierras navarras.
Comenzando el canal a la altura de Tudela, se llegaría hasta el río Aragón. Luego
por las riveras del Arga, se llegaría hasta Pamplona. El objetivo era llegar a
Lecumberri, desde donde se bajaría al mar Cantábrico. Se entraría a Guipuzcoa
por Lizarza, luego se llegaría a Tolosa,
se empalmaría con el río Oria, para llegar finalmente al puerto de Orio.
Pero
la opción tercera que conocemos y que no prosperó, afectaba a nuestro valle de
forma importante y por eso que nos detenemos un poco más en ella.
A la
altura de Zambrana, se empezaría a construir el canal, hasta encontrarse en
tierras de Vitoria con el río Zadorra. Desde Vitoria, el canal nos llevaría
hasta Salinas de Leniz, una obra que no tenía muchas dificultades con el
terreno. Aprovechando las recogidas de agua del Valle de Leniz y el cauce del
río Deba, el canal bajaría por todo el valle, hasta llegar al puerto de Deba. No
nos imaginamos lo que esta idea habría podido suponer para nuestra comarca, de
haberse llevado a cabo, Lo que si conocemos es que esta obra se desestimo
frente a la opción Navarra, porque era unas cuantas leguas más larga y porque la
recogida de aguas de todo el recorrido, no garantizaba un llenado de las
exclusas, para que la navegación fuera un éxito.
Todo
esto que acabamos de contar de forma muy resumida, esta recogido en un
documento fechado el 2 de diciembre de 1788 y que está escrito y firmado de su
puño y letra por Santos Angel de Ochandotegui e Ytuño. Este documento pertenece al archivo de la Excelentísima Diputación Foral de Navarra y se puede consultar en la sección de
Canales y Regadíos.
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